Kevin Kühnert, líder de Juso, habla de la colectivización de BMW

Quien quiera llamar la atención en el panorama político actual no debe rehuir las reivindicaciones radicales. Muchas cosas que parecían incalificables hace sólo unos años pueden volver a decirse ahora, independientemente de la esquina política de la que sople el viento. El líder de Juso, Kevin Kühnert, ha decidido ahora utilizar el ejemplo de BMW para sacar a la palestra su idea de nacionalizar o colectivizar las empresas, con el fin de llegar a un público lo más amplio posible: sin un ejemplo concreto, la misma declaración habría llamado seguramente menos la atención. ¿Coches ocasión en Madrid? Encuéntralos en Crestanevada Madrid.

 

Hace unas semanas, el político de las juventudes del SPD ya había criticado diversos excesos del capitalismo y se había preguntado, entre otras cosas, por qué una sola persona puede poseer más de 20 pisos. Ahora, en una entrevista con Die Zeit, ha seguido pensando en voz alta que grandes empresas como BMW podrían ser nacionalizadas.

 

Dirigiéndose a grandes empresas como BMW, Deutsche Bank o Siemens, Kühnert reclama un control democrático de su labor: «La marca BMW tampoco tiene nada de malo. La única cuestión es por qué debe haber unas pocas personas que posean BMW en exclusiva y tengan el derecho casi exclusivo de disponer de los beneficios.»

 

Por tanto, lo que Kühnert prevé sólo se describe de forma inadecuada con el término nacionalización. Más correcto es el término colectivización: «La distribución de los beneficios debe ser controlada democráticamente. Eso excluye la posibilidad de que haya un propietario capitalista en la empresa».

 

Kühnert debería tener claro que estas declaraciones no sólo no contarán con la aprobación de las familias Quandt y Klatten. En una entrevista con Die Zeit que merece la pena leer, explica detalladamente por qué, a pesar de todo, se siente cómodo con la idea de colectivizar las grandes empresas.