El sucesor del BMW Z4, posiblemente comercializado como BMW Z5 y en cualquier caso desarrollado bajo la denominación interna G29, se está concretando cada vez más a puerta cerrada. Diversas fuentes han informado sobre posibles modelos deportivos en los últimos días, sacando a relucir tanto la posibilidad de un auténtico BMW Z5 M como la de un modelo M Performance con las siglas M40i.
Todavía no podemos aclarar esta cuestión, pero la preparación de variantes especialmente deportivas es evidente. Dado que los competidores más importantes no son en absoluto reticentes en cuanto a la potencia y las prestaciones de sus motores, y que los modelos superiores irradian positivamente su dinamismo a toda la gama de modelos, es prácticamente seguro que habrá al menos un modelo con un seis cilindros en línea turboalimentado.
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A la vista de las cifras de unidades que cabe esperar en el segmento de los roadster de tamaño manejable, es poco probable que en Múnich esté previsto un doble techo con M Performance y M model. Tal gama existe en las Series 2 y 5 y en el caso de los X5 y X6, pero estas series de modelos representan volúmenes considerablemente mayores.
Lo que tendrían en común un potencial BMW Z5 M y la variante más cotidiana BMW Z5 M40i es el concepto básico del motor, porque sólo un motor de seis cilindros en línea entra en cuestión como corazón del modelo deportivo, también teniendo en cuenta la larga historia de los roadsters de BMW. Si se mantendrá una versión del nuevo motor B58, como podemos experimentar en el BMW M140i con 340 CV, por ejemplo, o si se utilizará el motor biturbo S55 más potente con probablemente al menos 450 CV, es probable que se decida en Munich en un futuro próximo.
Por debajo del modelo superior, el sucesor del BMW Z4 se basará en el B48 turbo de cuatro cilindros, que BMW ofrece actualmente en varias versiones con hasta 252 CV. Es y sigue siendo una conclusión inevitable que BMW y Toyota, a pesar de su desarrollo conjunto y de las economías de escala a las que aspiran, producirán dos vehículos muy distintos. Esto se aplica, por una parte, a las diferentes formas de la carrocería -el BMW sólo estará disponible como roadster, el Toyota sólo como coupé- y, por otra, también al diseño y a algunos componentes técnicos que definen el carácter, como el motor.